Toda persona puede consagrar su vida a Cristo por María. Solamente tiene que determinarse a hacerlo. No
importa si eres hombre, mujer, joven, viejo, adolescente o niño; casado, soltero, separado, divorciado, si te encuentras en
pecado mortal, si tu vida es un infierno… Acude con el sacerdote; él te aconsejará como acercarte a la confesión
y a la Eucaristía.
Si quieres consagrarte como portador de la Cruz de Cristo, solamente tienes que consagrar todas tus obras
del día, mediante la Eucaristía y la Oración. Las oraciones que los crucíferos hacemos con devoción son el Santo
Rosario y el Viacrucis (modo crucífero http://viacrucis1.tripod.com/).
Si quieres comprometerte aún más, puedes aprender a rezar la Liturgia de las Horas (la de cuatro tomos).
Si tu compromiso es mayor, puedes comprometerte con los siguientes votos privados: Pobreza, Obediencia,
Castidad, Estabilidad, Conversión de Costumbres, Santa Esclavitud a María y Víctima de Amor.
Contacto: cruciferos@hotmail.com
Guerreros de María
Llena de Gracia, Dios te creó para Él como Templo, Trono y Sagrario, para
que de tu seno saliera el Rey de la Gloria, Cristo; Dios y Señor Nuestro, para recrearlo todo por la redención, según
el proyecto original que Él guarda en tu virginidad.
Por eso nos constituiste tus guerreros, para proclamar que
es amando a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, como
venceremos al demonio, al mundo y la carne, que quieren arrebatarnos el galardón eterno. A Lucifer, que quería que Cristo
no se hiciera hombre sino ángel como él, para que así el pudiera ser dios, privilegio que Dios dio exclusivamente al hombre
que nazca de tí por el Espíritu Santo. Por eso se rebeló y trata de que los hombres se conviertan en “dioses”
como cree que es él, con su ciencia del bien y del mal, opuesta a la de Dios creador y redentor.
En ti María tenemos la prenda de la gloria que espera a todos los guerreros de Cristo. Somos Caballeros
Crucíferos, y queremos ser tus hijos predilectos, que ostentamos la potestad de tu poder en la diestra: tu humildad y tu obediencia
a Dios.
Guerreamos con Cristo cumpliendo los 10 mandamientos y amando a nuestros enemigos, perdonando y proclamando
la compunción del corazón. Nuestro enemigo Lucifer no prevalecerá y le arrebataremos las almas de nuestros hermanos, los que
yacen presas del odio, la soberbia, la lujuria, la avaricia y la mentira. La
guerra verdadera no es contra el hombre, ni con las armas del mundo, es contra
Lucifer y sus demonios que buscan apoderarse de tu alma inmortal.
Obediencia, Castidad, Pobreza, Estabilidad, Conversión de Costumbres, Santa Esclavitud a María, Víctima
de Amor: son nuestros votos, por los que proclamamos el reinado de Cristo que vencerá a la bestia con María, Madre Corredentora
y cocreadora del género humano, Madre del verdadero Dios por quien se vive.
No hay potestad que pueda doblegar al Gerrero Crucífero, porque tiene el poder y las potestades de María,
Madre de Dios. ¿Tienes el llamado?
Antecedentes.
La Orden de los Crucíferos, fundada en Bolonia en 1119, fue reformada en Praga en 1235 y se propagó desde
allí a Hungría y Polonia durante el siglo XIII, dedicada sobre todo a tareas asistenciales. En México se erige para el mundo
entero, desde el Tepeyac, para que los que quieran tomar su cruz de cada día, obtengan el poder ser hijos de Dios, una vez
que construyan con la Gracia el templo que ordenó María de Guadalupe a San Juan Diego y reflejen en su alma la viva imagen
de la Virgen Santísima, quien guarda la perfecta imagen de Cristo, por Disposición de la Santísima Trinidad.